UNAI

Hoy les voy a hablar de mi primer tesoro; se llama, Unai Sajeras.
El ocupa menos tiempo en mi cabeza, pero, es igual de importante que lo que ocupa más tiempo en mi cabeza.
Para que lo conozcan un poquito, les voy a relatar tres anécdotas: una del pasado, otra del presente y otra que igual determinará su futuro.

PASADO

Tendría 4 añitos, cuando le dije a la andereño de Unai; que mi hijo ya tenía la preocupación de cómo era su hermana, aunque no pudiera entender el alcance de lo que supondría una hermanita cómo Lorena.
Su andereño me dijo que era muy temprano, tan solo había pasado un año, desde que nació Lorena. No creía que tuviera tal preocupación.
A la semana me llama, para hablar con ella y me comenta; cómo habían planteado un juego en la gela. El juego consistía: en que un genio, le daría a un niño la oportunidad de pedir tres deseos.
Unai fue escogido para elegir esos tres deseos:
El primero fue que quería un médico que ayudara a curar a su hermana Lorena.
El segundo fue un juguete, que ni me acuerdo del nombre.
El tercero fue saber si podía volver a pedir otros tres deseos.

PRESENTE

La frase que mi hijo tiene puesto en el whatsapp y qué es de su propia inspiración dice así:
" quizás un día pueda ver el desierto florecer... de todos los colores"

FUTURO

Unai está en tercero de DBH. El año que viene ya empiezan a decidir qué ramas son las que van a elegir para encaminar sus estudios.
En casa siempre le hemos animado a que elija lo que quiera de verdad, pero tiene un profesor que ha decidido trabajar el tema "sueldos" antes de elegir la profesión.
Unai vino a casa diciendo como él había expuesto que un sueldo digno rondaba los 1400 €, cómo entran en casa en las buenas temporadas. 
Aunque, claro! era un sueldo que a la mayoría del aula no le cuadraba. De hecho, comentó como lo qué representaba un sueldo válido en la gela rondaban los 3000 €; porque así, se puede ir de vacaciones en Semana Santa, de vacaciones en agosto, comprar ropa de marca y salir todos los fines de semana a cenar donde uno quiera.
Mi hijo ha estado toda la semana santa dándole vueltas y vueltas; la profesión que debe estudiar, debe servir para poder ganar dinero para ayudar a su familia y poder vivir él.

De que sirve sembrar bien en casa, dando preferencia a los sueños de las personas, si luego llega alguien y te dice, "nada de soñar".
Saquen sus propias conclusiones, las de mi hijo son:
Para que escribes y pierdes el tiempo en ese blog, si nadie te hace ni put* caso.

Observador es, que ya es mucho. De hecho, es el primer gran paso, escuchar y observar desde el silencio (como ustedes).
Su madre, sembrara. Creé en las palabras; amor y humanidad. Creé que todavía pueden cabalgar juntas. Unai verá los frutos de lo sembrado. Que el sabor del fruto sea; dulce, amargo, agrio, salado,...o una combinación...no es sólo cosa mía, el entorno determina.

Marisol Andrade.

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