martes, 4 de octubre de 2016

SISTEMAS DE ALIMENTACIÓN EN EL CAMPO DE LA DIVERSIDAD FUNCIONAL

Hace un tiempo, en el mes de agosto, vi un vídeo de Dani Orama; presentando un prototipo para dar de comer a personas, que dentro de sus limitaciones, pueden ayudarse con cierto grado de autonomía, es decir: ellos pueden acercarse a la cuchara y la cuchara al paladar de la persona, así comer cerrando los labios.
 Las funciones se regulan por sensores faciales o de otro tipo; como botones, que determinan hacia dónde se dirige la cuchara o el poder beber, por ejemplo. Sistemas de ayuda que para muchas empresas que están al cuidado de un gran número de mayores, jóvenes, (grandes dependencias), podría hacer que estos acelerarán en sus procesos de comer a un tiempo X,o al menos, proporcionar un disfrute al comensal, animándolo en su autonomia. También para centros como; ASPACE , dónde los ratios de niños mayores, con grandes dependencias, necesitan de manos extra.
 Este sería un gran avance.
 Yo le escribí a Menchu Arrieta un mail, pidiéndole su opinión. Pues ella, es una gran dependiente y me parece muy importante el tener en cuenta, la respuesta y  la percepción, de personas que pudieran utilizarlo. Así, expresaran su opinión. Ella me comentó que lo bueno del aparato era; que permitía respetar el tiempo del comensal.
 Eso se regula, por el sensor puesto que cada usuario tiene; un tiempo de masticación o de tragar el bolo alimenticio, otros parámetros como movilización de músculos, etc. Bueno pues yo, lo considero un gran avance, pero cuando miré por internet, me encontré a OBI. Hoy por hoy, OBI es un robot que alimenta a personas con diversidad funcional; salió en julio del 2016 en un artículo y cuenta como, John Decker, de la Universidad de Dayton, lo programaron desde el 2006 para facilitar el ayudar a la independencia en la hora de comer.


http://gastronomiaycia.republica.com/2016/07/20/obi-brazo-robotico-que-ayuda-a-comer-a-las-personas-con-discapacidades-fisicas/
Si comparas el uno con el otro, Dani Orama versus John Decker, la ocupación de espacio de uno frente al otro arrasa, es más "Cuqui" el de Decker, pero, ¿tendrá él contra peso suficiente para no vencerse cuando la cuchara se meta en la boca y según se cierre no se venza hacia el propio comensal pudiendo quemarlo? y ¿cúal respetará más el ritmo del comensal?.
El precio de OVI es de alrededor de; 4500 $ y el de Orama, todavía no lo sabemos.
 Aunque, mi mar de dudas no se acaba aquí. Mi hija está en un grado de dependencia donde a veces es la cuchara la que debe de introducirse en el paladar y presionar la lengua hacia abajo. ¿Controlaría la presión de la cuchara?, otra duda sería, ¿cuando el niñ@ no traga, tan seguido, el dispositivo carece de una ayuda que le sirva para arrastrar el bolo por el esófago para así asegurarse que pasa y que no queda enganchado en la tráquea?.
 Por último, ¿si hubiera aspiración hacia la tráquea, ese robot podría ejercer la función de aspiración hacia fuera del bolo alimenticio, mal dirigido, volviéndolo a posicionar en la boca?.
 Muchas dudas, para los grandes dependientes y sus familias sería un buen aliado; para los momentos de sobresaturación, cuando no llegas a la última cena con toda la energía buena y necesaria; energía que se precisa para dar de comer con todo cariño a esa o ese tu Comensal a cargo.
 Hoy por hoy, no veo cómo suplir ese tiempo. Esta claro, que hacen falta avances, pero también gente con una gran sensibilidad para dar con sus posaderas en una silla durante un largo tiempo y con sus manos acariciar al ritmo de un gran comensal, la cuchara que lleve:" que te aproveche mi vida".
 Ese tiempo no se paga con dinero y ese tiempo sólo lo deben hacer personas que tengan un gran amor por el comensal, es un feedback de retroalimentación,  el respeto y el cariño. Ahí no hay máquina que supla esos momentos,¿verdad?. Marisol Andrade Martins.
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