No hay mayor quimera; qué ofrecerte el cielo por frontera, pues tú eres mi estrella de Orión. La que me guía cuando estoy perdida, navegando por el inframundo, para encontrar la dicha que traiga tu risa.
No hay mayor parábola; que vivir el día a día, por tí y por tus compañeros, pero por tí primero. Sin esconderse en ningún rincón, como dicta las reglas del juego, para encontrar al fin una carcajada sin tiempo.
No hay mayor fantasía; qué hacer de nuestro día a día, una historia interminable, dónde un dragón unió nuestras dos vidas; para batallar la oscuridad que nos acecha, en momentos de protestas, en momentos de impotencia inexorables.
Pero hay instantes, en el que tu alma se unen con la mía y son: una quimera, parábola y fantasía, donde el amor es el jinete que suelta las riendas a una historia de; amistad, superación y armonía. Porque tú mi niña eres: maestra en mi vida.
Marisol Andrade.
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