Si nos remontamos al Olimpo veremos como a cada Dios le corresponde algún ave que le acompaña en ciertas partes de su historia y es que el lenguaje de las aves era de suma importancia.
Lenguaje que le fue concebido a Tiresias, el primer augur que instauró una ciencia de "observación" de las aves a pesar de ser ciego.
Los mortales seguían los auspicios, es decir, seguían las señales o indicios que se interpretarán cómo anuncio de un hecho futuro especialmente en relación con una actividad que se emprendiera. El ave era el alma y el mensajero entre lo onírico y lo real. El mundo de los dioses y el nuestro.
Llegados hasta la misma Roma tal eran las creencias en los arúspides y los auspicios, qué a Remo le valió la vida.
El junto a su hermano, Rómulo, serían los augures que divisarian desde su augurum, las aves en este caso; buitres, para determinar la fundación de Roma. No poniéndose de acuerdo en que iba primero; si el número de aves o el divisamiento en el tiempo, se enzarzaron entre sí y como he dicho, le costó la vida a remo.
Hoy día tenemos mirando al cielo a los ornitólogos, meteorólogos, biólogos, físicos; para hacer no auspicios sino protocólogos de las innumerables variables que hay que tener en cuenta para leer la naturaleza.
El ornitólogo no tiene que abrir las aves como lo hacían los arúspides, para así poder leer el futuro, un futuro que iba en las entrañas.
Leían de donde venían las aves y a dónde iban, que había comido, cuál era el estado de su hígado, ( para ver la toxicidad de lo ingerido en zonas críticas y ver un buen amasamiento de semillas en zonas de buenos augurios). Todo contaba, el canto, la velocidad, el saber de la zona de migración, si era un ave nocturna o diurna, etcétera.
Hoy día el ornitólogo hace el estudio con anillamientos y pequeños sensores: qué nos dicen todos estos parámetros y nos cuentan al fin y al cabo el lenguaje de los pájaros. Pero en la actualidad entre 1 y 9 millones de aves mueren cada año chocando contra rascacielos.
La problemática que el aumento de demografía nos plantea para ya, tiene como visión futura la construcción de grandes edificios estilo: Burj Khalifa que con sus 828 metros, toca algo más que el cielo, las alas de las aves migratorias.
Proyecto como "the capital Cairo", en El Cairo, tienen infinidad de sistemas de retroalimentación ecoenergética. Peca por querer atrapar algo más que los vientos, los frentes diría yo.
Otro proyecto similar es el Shenzhen Bay, en China, con 680 metros de altura. También con intenciones de ser ecoviviendas donde la energía solar y eólica se reciclaran, incluyéndose hasta filtros naturales para la polución del aire. Estos también, no oyen el cantar de las aves.
En Japón, está el rascacielos de una milla, de tamaño doble al Burj Khalifa, allí se quieren albergar a 50 mil personas. Se le ha denominado la "Next Tokyo".
En India estará el Hyperion, el cual toma su nombre del árbol más grande del mundo, por cierto, escondido en California para protegerlo del mal uso y del maltrato del ser humano.
Este dicen que generará su propia energía y que calculan que generará más de lo que precisa. Autosuficiente. Será una super- ecoarquitectura pero tampoco tienen en cuenta que la edificación es en vertical, sólo sirve para que las aves se estampen y no para que abonen las huertas horizontales que en ella se albergan.
Son planteamientos futurísticos con renombre, a los que la historia de la protección de la fauna ornitológica se la trae floja, ¡con la de espacio que hay en horizontal!; en el agua, en los desiertos, en zonas que hay que repoblar y entre árboles, ¿por qué súper edificar en vertical cuando la solución es horizontal? quizás en viviendas eco-futurísticas super-autoenerguetizantes, con cultivos hidropónicos, allí donde hagan falta y no explotar más el cielo; porque el Olimpo lo alcanzaremos cuando volvamos a leer y a oír cantar las aves.
Lenguaje que le fue concebido a Tiresias, el primer augur que instauró una ciencia de "observación" de las aves a pesar de ser ciego.
Los mortales seguían los auspicios, es decir, seguían las señales o indicios que se interpretarán cómo anuncio de un hecho futuro especialmente en relación con una actividad que se emprendiera. El ave era el alma y el mensajero entre lo onírico y lo real. El mundo de los dioses y el nuestro.
Llegados hasta la misma Roma tal eran las creencias en los arúspides y los auspicios, qué a Remo le valió la vida.
El junto a su hermano, Rómulo, serían los augures que divisarian desde su augurum, las aves en este caso; buitres, para determinar la fundación de Roma. No poniéndose de acuerdo en que iba primero; si el número de aves o el divisamiento en el tiempo, se enzarzaron entre sí y como he dicho, le costó la vida a remo.
Hoy día tenemos mirando al cielo a los ornitólogos, meteorólogos, biólogos, físicos; para hacer no auspicios sino protocólogos de las innumerables variables que hay que tener en cuenta para leer la naturaleza.
El ornitólogo no tiene que abrir las aves como lo hacían los arúspides, para así poder leer el futuro, un futuro que iba en las entrañas.
Leían de donde venían las aves y a dónde iban, que había comido, cuál era el estado de su hígado, ( para ver la toxicidad de lo ingerido en zonas críticas y ver un buen amasamiento de semillas en zonas de buenos augurios). Todo contaba, el canto, la velocidad, el saber de la zona de migración, si era un ave nocturna o diurna, etcétera.
Hoy día el ornitólogo hace el estudio con anillamientos y pequeños sensores: qué nos dicen todos estos parámetros y nos cuentan al fin y al cabo el lenguaje de los pájaros. Pero en la actualidad entre 1 y 9 millones de aves mueren cada año chocando contra rascacielos.
La problemática que el aumento de demografía nos plantea para ya, tiene como visión futura la construcción de grandes edificios estilo: Burj Khalifa que con sus 828 metros, toca algo más que el cielo, las alas de las aves migratorias.
Proyecto como "the capital Cairo", en El Cairo, tienen infinidad de sistemas de retroalimentación ecoenergética. Peca por querer atrapar algo más que los vientos, los frentes diría yo.
Otro proyecto similar es el Shenzhen Bay, en China, con 680 metros de altura. También con intenciones de ser ecoviviendas donde la energía solar y eólica se reciclaran, incluyéndose hasta filtros naturales para la polución del aire. Estos también, no oyen el cantar de las aves.
En Japón, está el rascacielos de una milla, de tamaño doble al Burj Khalifa, allí se quieren albergar a 50 mil personas. Se le ha denominado la "Next Tokyo".
En India estará el Hyperion, el cual toma su nombre del árbol más grande del mundo, por cierto, escondido en California para protegerlo del mal uso y del maltrato del ser humano.
Este dicen que generará su propia energía y que calculan que generará más de lo que precisa. Autosuficiente. Será una super- ecoarquitectura pero tampoco tienen en cuenta que la edificación es en vertical, sólo sirve para que las aves se estampen y no para que abonen las huertas horizontales que en ella se albergan.
Son planteamientos futurísticos con renombre, a los que la historia de la protección de la fauna ornitológica se la trae floja, ¡con la de espacio que hay en horizontal!; en el agua, en los desiertos, en zonas que hay que repoblar y entre árboles, ¿por qué súper edificar en vertical cuando la solución es horizontal? quizás en viviendas eco-futurísticas super-autoenerguetizantes, con cultivos hidropónicos, allí donde hagan falta y no explotar más el cielo; porque el Olimpo lo alcanzaremos cuando volvamos a leer y a oír cantar las aves.
Marisol Andrade.
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