Ayer 5 de junio, Día Internacional del Medio Ambiente.
Como bióloga, un día para recordar aquello que te roba un trozito de corazón, aunque el resto del año, todos debiéramos de estar enamorados de tener un medio ambiente que nos lo ha dado todo y al que le hemos pagado con la moneda: "que te cuide tu madre", que no es otra, que la Madre Tierra. Madre de todos los seres vivos que en ella habitamos.
Pero, si hay alguien que estos días se merece una mención especial, en mi opinión, ése es Frank Cuesta. Un español afincado en Tailandia y que nos muestra; como el cuidado de los animales y su amor por la libertad de los mismos, en su propio entorno, le sirve para que algunos, le reconozcamos como un gran sabio amante de la fauna en pleno siglo XXI.
Dice las cosas cómo las siente en el momento, sin filtro, pura emoción y a la cara, sólo, que a los que le debe de llegar el mensaje para actuar, y poner medidas, son los que no se atreven a mirarle a él a los ojos, para sentir lo que él defiende, lo que es su vida.
Si en Occidente, tenemos problemas de valorar a las personas, y crear exclusión social; por edad, por raza, por clase, por condiciones de nacimiento, por mil cosas... el gran problema es que está situado en una zona del mundo; Indonesia, Tailandia, todo lo que barre el este asiático, donde el trato al ser humano, está infra-infra valorado. Imagínense, el puesto del trato animal; ya no es ni valorado. La vida sólo es dinero.
Para ellos, como muy bien dice Frank; se junta la avaricia del rico, con la necesidad y la ignorancia del pobre.
Sí en el mercado hay demanda y está salvada de pena. La oferta, muerta de hambre y con necesidades; sanitarias, educativas y de trato cómo ser humano,... lo único que hace: es sobrevivir.
Sobreviven, haciendo tratos con sus propias vidas y como no, con la vida de los animales.
Hace poco han sido detenidos en el templo del tigre, sitio que Frank y sus amigos ya habían denunciado, los monjes custodios de dicho negocio.
Esto es lo que se debiera de llevar a la O.N.U, para ser juzgado como matanza masiva con ánimo de lucro y los que pensamos; que ni el animal, ni el ser humano ha nacido para estar entre rejas, proponemos una reeducación social para trabajar la verdad.
Yo, personalmente, los cogía y en esos todavía zoos o sitios dónde exhiben a los animales a puertas abiertas, los pondría a limpiar la jaula de los Tigres. Eso sí, con un collar de esos que se han inventado para ponérselos a ciertos animales y darles descargas, por si les entra la tentación... ya que ellos están acostumbrados a levitar y a meditar tanto, cómo nos han mostrado; que hagan reflexión de por que, las religiones, (gracias a Dios), van cayendo una a una.
Gracias, a personas como Frank, el mundo podría tener esperanza de "no extinción". Luego, mi pequeño y humilde artículo, para uno de los seres humanos que merece la pena admirar y apoyar.
Yo no tengo para darle panoja, ni todo el tiempo que se merece de seguimiento, pero, el que pueda y ame el medio ambiente, que le dedique un pedazo de su tiempo semanal. Es de los que enseñan; Amor.
Como bióloga, un día para recordar aquello que te roba un trozito de corazón, aunque el resto del año, todos debiéramos de estar enamorados de tener un medio ambiente que nos lo ha dado todo y al que le hemos pagado con la moneda: "que te cuide tu madre", que no es otra, que la Madre Tierra. Madre de todos los seres vivos que en ella habitamos.
Pero, si hay alguien que estos días se merece una mención especial, en mi opinión, ése es Frank Cuesta. Un español afincado en Tailandia y que nos muestra; como el cuidado de los animales y su amor por la libertad de los mismos, en su propio entorno, le sirve para que algunos, le reconozcamos como un gran sabio amante de la fauna en pleno siglo XXI.
Dice las cosas cómo las siente en el momento, sin filtro, pura emoción y a la cara, sólo, que a los que le debe de llegar el mensaje para actuar, y poner medidas, son los que no se atreven a mirarle a él a los ojos, para sentir lo que él defiende, lo que es su vida.
Si en Occidente, tenemos problemas de valorar a las personas, y crear exclusión social; por edad, por raza, por clase, por condiciones de nacimiento, por mil cosas... el gran problema es que está situado en una zona del mundo; Indonesia, Tailandia, todo lo que barre el este asiático, donde el trato al ser humano, está infra-infra valorado. Imagínense, el puesto del trato animal; ya no es ni valorado. La vida sólo es dinero.
Para ellos, como muy bien dice Frank; se junta la avaricia del rico, con la necesidad y la ignorancia del pobre.
Sí en el mercado hay demanda y está salvada de pena. La oferta, muerta de hambre y con necesidades; sanitarias, educativas y de trato cómo ser humano,... lo único que hace: es sobrevivir.
Sobreviven, haciendo tratos con sus propias vidas y como no, con la vida de los animales.
Hace poco han sido detenidos en el templo del tigre, sitio que Frank y sus amigos ya habían denunciado, los monjes custodios de dicho negocio.
Esto es lo que se debiera de llevar a la O.N.U, para ser juzgado como matanza masiva con ánimo de lucro y los que pensamos; que ni el animal, ni el ser humano ha nacido para estar entre rejas, proponemos una reeducación social para trabajar la verdad.
Yo, personalmente, los cogía y en esos todavía zoos o sitios dónde exhiben a los animales a puertas abiertas, los pondría a limpiar la jaula de los Tigres. Eso sí, con un collar de esos que se han inventado para ponérselos a ciertos animales y darles descargas, por si les entra la tentación... ya que ellos están acostumbrados a levitar y a meditar tanto, cómo nos han mostrado; que hagan reflexión de por que, las religiones, (gracias a Dios), van cayendo una a una.
Gracias, a personas como Frank, el mundo podría tener esperanza de "no extinción". Luego, mi pequeño y humilde artículo, para uno de los seres humanos que merece la pena admirar y apoyar.
Yo no tengo para darle panoja, ni todo el tiempo que se merece de seguimiento, pero, el que pueda y ame el medio ambiente, que le dedique un pedazo de su tiempo semanal. Es de los que enseñan; Amor.
Este vídeo fué borrado, salía Frank pidiendo al rey Felipe VII, ayuda, para la madre de sus hijos.
Marisol Andrade.
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