Pero, yo les voy a contar una historia Terrorífica, como la vida misma.
LOS ZAPATITOS ROJOS
Era,12 de julio de 1997, sábado. La boda de mi amiga Isa estaba cercana, en el Puente de Santiago. Celebración grande en muchas localidades, entre ellas: Ermua. Lugar al que solíamos ir, algún que otro sábado.
Tenía preparado el vestido; un corto vestido rojo, con un drapeado brillante en el pecho, en raso haciendo rayas paralelas en el vestido, sólo en el pecho. Carecía de los zapatos, había mirado en Vitoria y nada, esa misma tarde baje a buscar los zapatos a Mondragón. Fue mirar escaparates y no me costó mucho, la tienda de "los chatos", ubicada justo detrás del Ayuntamiento de Mondragón. Allí vi los zapatitos rojos, con drapeado en paralelo en la puntera. Entré y pregunté, si tenían el número 35 que era el que calzaba. Sí, me dijeron, son los del escaparate. La dueña de la tienda me los enseñó y me los probé; eran esos. Esos rojos vivos, los que bailarían en la boda de una de mis mejores amigas.
Fue salir de la tienda y encontrarme al pasar por la plaza del Ayuntamiento, a un montón de gente que se estaba concentrando y yo, ajena a él por qué de la concentración.
Un chico; Miguel Ángel Blanco estaba secuestrado y la banda E.T.A pretendía matarlo si la ley de presos no se modificaba.
Me quedé no más de cinco minutos. Pero me pesa, no haberme quedado toda la tarde.
E.T.A mató a Miguel Ángel Blanco, y siempre aunque he asistido a concentraciones de Gesto por la Paz, nunca se me quitará el no haberme quedado en aquella plaza para repudiar un acto " no tangible" que quita en lo tangible la vida a un ser humano.
Son como ya he dicho en un artículo anterior , un "yate como", constante. Mucho están tardando en entregar las armas.
A esa mi repudia, también se ha de sumar la de much@s familias que tienen otras clases de víctimas. Me explico:
Tuve la suerte de estar entre los "berbalaguna" de Eskoriatza, para aprender euskera del propio pueblo y aguantarlo al que ya tenía de la euskaltegi....elegí a un señor mayor, bonachón , caserote y que debido a su edad, seguro que podía enseñarme cosas interesantes.
Era Santi Iparaguirre. No sabía que había sido miembro de E.T.A. Aún así, yo no discrimino, yo escucho...
No he leído su libro, pero le he tenido como amigo de hablar euskera y se ve el sufrimiento pasado, por su verdad oculta.
El día que le pregunté por su hija: Maixol Iparaguirre, él me contestó, no lo sabés, se ha muerto.
Yo siempre voy imbuida en mis problemas ...
SÍ veía carteles en el pueblo, sabía que estaba en huelga de hambre, pero no me enteré de su muerte.
Nadie debía morir, ni de un bando, ni del otro; en realidad lo que no debió existir es un comando que mediante la violencia buscará la libertad del pueblo, al menos es mi pensar.
Casualidad que la calle Iparaguirre fuera donde vivió Miguel Ángel Blanco,...
La vida; tanto de Miguel Ángel como la de Maixol valían infinito elevado a infinito y sus familias lo saben bien.
Pero alguién no contó que al comerse una vida, mueren 40 pedacitos de almas....como en el Parchís...las de sus allegados más queridos. Y por algunas toneladas de personas.
Yo condeno a E.T.A en el pasado y creó que ahora estamos mejor, y espero un futuro sin E.T.A...donde la entrega de armas no sea sólo un gesto...sino mucho más...la nobleza de un gesto para ser un pueblo noble (no por títulos nobiliarios); sino por saber que la vida no tiene precio y el perdón es necesario para curar las heridas en ambos bandos.
Para mí siempre será y es un: E.T.A NO.
Mis zapatitos rojos los dejé este verano en la mancomunidad; me quedaban pequeños. Seguramente, porque el pie ha crecido y se ha ensanchado con la edad y la maduración.
Sin ellos, se me han aliviado los pies apretados y el recuerdo también se ha aliviado al contarlo.
Esta es una historia Terrorífica y/o terrorística pero no sólo en Halloween.
¿Verdad?
Marisol Andrade
Igual les interesa:
No hay comentarios:
Publicar un comentario